En
México el cine acerca del narcotráfico ha sido muy popular desde hace
aproximadamente 40 años, con Mario Almada como su máximo exponente en este tipo
de cine.
El propio Almada en una entrevista menciona como de manera prudente
algunos narcotraficantes de la época se involucraban en las producciones de
dichas películas para alimentar su ego.
Sin embargo, lo
sorprendente de todo esto fue el rápido éxito que tuvieron con el público del
sector popular.
La temática de estas películas era clara: mostrar al narcotraficante
como una especie de Robin Hood moderno, el cual le entregaba dinero a los
pobres.
El narcocine tuvo un éxito igual o mayor que los narcocorridos. Esto implicó que la temática del cine mexicano cambiara radicalmente, así como su audiencia. El cine se convirtió en el medio más popular de los narcos.
Ellos mismos incursionaron en la industria, financiando algunas de éstas películas, incluso llegando hasta convertirse en actores. Además la industria cinematográfica representaba una excelente forma de lavar su dinero y obtener de paso buenas ganancias.
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